jueves, 6 de mayo de 2010

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LOS MARTIN FIERRO

Pasados cuatro días de la entrega de los Martín Fierro, se puede tomar más distancia y reflexionar con más tranquilidad acerca de dichos premios. La primera conclusión que surge es el valor asignado a la ficción, que obtuvo el Oro, como el año pasado. Nos referimos a Tratame bien, un programa de excelencia, con historias sólidas y conmovedoras, interpretaciones magistrales y una dirección cuidada al máximo. No cabe duda de que se trata de un galardón absolutamente merecido así como los premios a Mejor unitario, Mejor libretista (Pablo Lago y Susana Cardozo), Mejor actor de unitario (Julio Chávez), Mejor actriz de unitario (Cecilia Roth) y Mejor Director Integral (Daniel Barone). Asimismo, también podría haber logrado otros reconocimientos en el rubro actuación si se tienen en cuenta los destacadísimos trabajos de Guillermo Arengo, Alfredo Casero y Martín Slipak. Por otra parte, hubiera sido lógico que el tema compuesto e interpretado por Fito Páez para el programa se impusiera como Mejor Cortina Musical, en lugar de consagrar a la edulcorada e insulsa canción de Ricardo Montaner para Valientes.
También se justifican las estatuillas asignadas a Valientes -el éxito del año- como Mejor Telenovela, y sobre todo, la de Ciega a citas como Mejor Telecomedia, un ciclo innovador y satírico, con la particularidad de estar basado en un blog y de tener como protagonista a una actriz versátil como Muriel Santa Ana -también premiada- quien, por fin, tuvo la oportunidad que se merecía hace mucho tiempo. Respecto a la actuación en telenovela, es coincidente la opinión que resalta el lucimiento durante todo el año de Eleonora Wexler y Arnaldo André en Valientes, quienes fueron correctamente reconocidos.
En cuanto a la Labor Humorística, son totalmente acertados los premios otorgados a Anita Martínez y Martín Bossi ante las dotes histriónicas mostradas por ambos en Showmatch. En cambio, resulta discutible el galardón entregado a Zapping como Mejor Programa Humorístico. En primer lugar, la terna estaba mal conformada porque había dos programas de archivo como Zapping y Bendita mezclados con un ciclo de humor puro como Peter Capusotto y sus videos. En segundo lugar, el programa de Cuatro Cabezas se limita a estar bien compaginado pero no puede compararse con la creatividad y la gracia desplegada por el envío de Capusotto.
Un rubro en el cual primó la sensatez es el de Labor Periodística, donde fueron reconocidos dos profesionales idóneos y de impecable trayectoria como Gabriela Rádice y Pedro Brieger, ambos de Canal 7. Por el contrario, fue controvertida la estatuilla como Mejor Programa Periodístico a La cornisa, un ciclo que en doce años de existencia jamás se renovó y brinda una chatura y un efectismo deprimentes. Hasta su propio conductor, Luis Majul, se mostró sorprendido por el premio, aunque inexplicablemente lo atribuyó al "nuevo perfil del programa", que no se sabe cuál es. A su vez, resultaron fuera de lugar su presentación como "víctima" del gobierno y su desmesurado agradecimiento a las autoridades de América.
Por último, el Platino para el programa de Susana Giménez fue votado por el público y, por lo tanto, debe respetarse, más allá de que podría haber ganado cualquier otro ciclo o personalidad. En suma, como en todas las ediciones, la entrega de los Martín Fierro ofrece luces y sombras pero siempre es saludable tener la oportunidad de premiar la labor de todo un año en nuestra televisión.

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