sábado, 27 de febrero de 2010

REPETTO: BUENAS INTENCIONES QUE NO ALCANZAN

En su cuarta emisión, el sábado pasado, Nico Trasnochado obtuvo un rating de 6 puntos, similar al del envío anterior. El programa sigue sin afilar la puntería en cuanto a la calidad. Son notorias la pobreza en la producción y la falta de contenidos. En este ciclo, todo parece insustancial y liviano.

Al principio, el conductor Nicolás Repetto intentó que se armara una especie de debate entre los invitados sobre temas trascendentes como el amor, el trabajo, el dinero, la espiritualidad, pero lamentablemente la propuesta naufragó sin pena ni gloria en apenas dos minutos, banalidad pura.

Es verdad que hay algunos esbozos de talento a través del monólogo de Diego Reinhold y el actor/transformista recién incorporado Juan Pablo Geretto. También es rescatable el segmento musical, si bien resulta opaco y gris ante la austera producción. Otro punto a favor es el ya conocido carisma de Repetto, quien le brinda el ritmo justo al ciclo. Pero estos ingredientes no alcanzan para construir un programa consistente y compacto.

El monólogo desarrollado por Reinhold resulta apenas ocurrente, no se explota al máximo la gracia de esta figura. En el caso de Geretto, su incorporación abre buenas perspectivas. En su primera participación mostró su capacidad de improvisación interpretando el personaje de Ana María, que está siempre acompañada por su perro Apolo.

La sección Control Remoto puede considerarse entretenida y fresca, arranca alguna sonrisa pero nada más. Se trata de una cámara oculta en la cual un invitado interactúa con la gente mientras Repetto, desde una camioneta, a través de un celular, le va dictando lo que tiene que hacer y decir. En esta oportunidad, el elegido para llevar a cabo esta peculiar tarea fue el periodista deportivo Tití Fernández, que la cumplió con gran espontaneidad. En cambio, otros dos segmentos dejaron mucho que desear: un sketch muy flojo sobre el matrimonio, y la sección Tres opciones tres, nada original.

Esta emisión contó con la presencia de la cantante argentina Lola Ponce, una verdadera estrella en Italia, quien tuvo a su cargo el número musical. Primero interpretó una versión controvertida del tango Volver, sin mucho brillo y despliegue. Luego cerró el programa con una canción de su autoría, un tanto anodina, que se vio interrumpida por la irrupción de los títulos.

Por ahora, Nico Trasnochado ofrece sólo un puñado de buenas intenciones que carecen de la creatividad, la producción y la elaboración necesarias para convertirse en un ciclo sólido.

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