viernes, 8 de enero de 2010

24/8/09

POR LA RENOVACION DE LA FICCION

Pasados el fragor de la ceremonia, los dimes y diretes y la frivolidad de los mejor y peor vestidos, vale la pena detenerse a reflexionar sobre un aspecto en particular de los Martín Fierro: el lugar de la ficción. En este sentido, que los programas más premiados del rubro hayan sido Vidas robadas, Los exitosos Pells y Todos contra Juan no es un dato menor sino que resulta todo un símbolo de apertura de las autoridades de APTRA hacia ciclos no convencionales. Recordemos que entre los tres cosecharon quince estatuillas.

El compromiso social y la construcción de personajes complejos de Vidas robadas, la trama y la estética innovadoras de Los exitosos Pells, y el desparpajo y la acidez de Todos contra Juan para introducirnos en el detrás de escena del negocio del espectáculo marcaron una bocanada de aire fresco para nuestra TV y auguran la posibilidad de que otras ficciones imiten el camino del cambio en el futuro.

Lamentablemente, una vez finalizado el programa producido por Sebastián Ortega, nos quedamos con las manos vacías y en este 2009 de severo recorte presupuestario, las ficciones diarias que están al aire se basan en fórmulas ya probadas y muy poco estimulantes. Esto se ve, por ejemplo, en los argumentos y personajes lineales y trillados de Valientes y Herencia de amor, a los cuales les falta esa vuelta de tuerca que poseían los tres programas galardonados. Siempre parece ser más riesgoso abocarse a temáticas jugadas que plantarse en la comodidad y garantía que da lo ya transitado, sobre todo respecto al rating.

En consecuencia, el público cumple un rol fundamental para que la renovación de la ficción se concrete. En la medida en que apoye programas que se atrevan a ir más allá del esquema tradicional y nos permitan sumergirnos en historias con contenido social o que simplemente alimenten nuestra imaginación, este tipo de ciclos prosperarán y el espectador sentirá una profunda gratificación al sentarse frente a la pantalla.

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